Cómo manejar el dolor crónico: tipos de dolor, causas y tratamiento

agosto 16, 2024

El dolor crónico es una afección que se caracteriza por la persistencia del dolor durante más de tres meses, incluso después de que la causa inicial haya sido tratada o haya desaparecido.

A diferencia del dolor agudo, que es una respuesta inmediata del cuerpo a una lesión, el dolor crónico puede durar meses o incluso años, afectando significativamente la calidad de vida de quienes lo padecen.

Se caracteriza por durar más de 12 semanas, interfiriendo así con la vida diaria de una persona, pues al limitar su capacidad para realizar actividades cotidianas como trabajar, socializar o cuidarse, crea un circulo de incomodidad y estrés difícil de controlar.

Por regla general, no existe una forma específica de hacer frente o de evitar como tal el dolor crónico. La mejor manera de evitarlo es tratar de controlar otras enfermedades que pueden generar dolor crónico.

Este dolor puede aparecer en cualquier parte del cuerpo y puede causar de forma progresiva una pérdida del apetito, que suele ir acompañado de una pérdida del gusto en la comida, pero como los desencadenantes suelen ser variados, es importante que sepas distinguirlos.

Dolor neuropático: Resulta de daños o disfunciones en el sistema nervioso. Es común en condiciones como la neuropatía diabética, el dolor fantasma en amputados y la esclerosis múltiple. Este tipo de dolor suele describirse como ardor, hormigueo o pinchazos.
Dolor musculoesquelético: Proviene de músculos, huesos, articulaciones o tejidos conectivos. Ejemplos incluyen la artritis, la fibromialgia y el dolor lumbar crónico. Suele manifestarse como rigidez, dolor sordo o sensibilidad en la zona afectada.

Dolor visceral: Afecta a los órganos internos y es común en enfermedades como la endometriosis o el síndrome de intestino irritable (SII). Este tipo de dolor puede ser difícil de localizar y a menudo se describe como una presión profunda o un dolor punzante.
Dolor inflamatorio: Está asociado con la inflamación de tejidos, como ocurre en la artritis reumatoide o la enfermedad inflamatoria intestinal. Se caracteriza por enrojecimiento, calor y dolor en la zona afectada.

El tratamiento para el dolor crónico se centra principalmente en reducir su intensidad y su frecuencia, facilitando así la vida de la persona que lo padece. Existen diversas formas de hacer frente al dolor crónico, y algunos de los más comunes son el tratamiento con fármacos, terapia física y medicina complementaria, algunos de estos pueden ser:

El tratamiento farmacológico para el dolor crónico puede incluir varios tipos de medicamentos, dependiendo de la naturaleza y la intensidad del dolor:

Analgésicos de venta libre como el paracetamol o el ibuprofeno, que pueden ayudar a reducir el dolor leve a moderado.

La terapia física es esencial para mejorar la movilidad y reducir el dolor crónico. Algunos ejercicios y técnicas comunes incluyen:

Estiramientos suaves para mejorar la flexibilidad y reducir la rigidez muscular. Ejemplos incluyen estiramientos de los isquiotibiales, cuádriceps y espalda baja.
La aplicación de compresas calientes para relajar los músculos o compresas frías para reducir la inflamación.

La medicina complementaria o alternativa puede ser una valiosa adición al tratamiento del dolor crónico. Algunas de las opciones más comunes incluyen:

Suplementos naturales como la cúrcuma, jengibre, y aceite de CBD, que se utilizan por sus propiedades antiinflamatorias y para reducir el dolor crónico de manera natural.
El aceite de CBD es utilizado para el alivio del dolor crónico, especialmente en casos de dolor neuropático y artritis.

El dolor crónico es más que una simple molestia; es una condición que puede afectar profundamente todos los aspectos de la vida de una persona. Comprender sus causas y los diferentes tipos de dolor es crucial para encontrar un tratamiento adecuado. Aunque no siempre es posible eliminar el dolor por completo, con el enfoque correcto, es posible reducir su impacto y recuperar una mejor calidad de vida.